Sobre el día del periodista, la ética, la libertad de expresión y otras estupideces más

Muchos bloggers han dedicado sus post hoy al periodismo, libertad de expresión y/o la ética y la verdad es que el tema me enganchó. No quería porque estos temas son escabrosos, tiene muchas aristas, muchos recovecos y muchas entradas y salidas donde, con elaborados discursos, se puede esconder más de uno, incluyéndome por su puesto. En esto son muy hábiles los que tienen facilidad de verbo y son rápidos de pensamiento.

Hace poco dejé algunos comentarios en un par de blogs (diario de la crisis: El periodismo ¿ético? y enigma-PRESS: Día del Periodista-Venezuela -¡ay!-) donde argumentaba al respecto y he querido ampliarlo y defenderlo aquí.

Esto de la ética tiene mucho que ver con los intereses de cada uno… y cuando digo cada uno me refiero a cualquier mortal, no solo al periodista. Y no es que los intereses sean malos, por el contrario, si el interés de cada uno de nosotros fuese por el colectivo todo cambiaría absolutamente, en Venezuela y en el mundo. Pero sabemos que ese no es el caso del conductor del programa del canal 8 (candidato a gobernador), posiblemente tampoco sea el caso de algunos (o muchos, no lo se) en Globovisión, El Universal, Vea, la ABN, TVes, El Nacional, etc., etc.

Mi postura respecto a la tan nombrada ética periodística la tomo desde la infancia del comunicador. La ética no es algo que se aprende en la escuela, los liceos, las universidades. No son los libros sobre este tema los que nos van a crear una conciencia o una postura determinada. Influirán obviamente, quizá algunos sean determinantes en el ejercicio de nuestra profesión cualesquiera que sea esta, pero ¿Cuántos libros “importantes” no ha leído uno que ni los recuerda?

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Es complejo, mejor dicho, es imposible ser imparcial o no tomar partido por alguna tendencia, somos humanos... es que lo vemos hasta en las parillas que hacemos en nuestra casa: "le echaste mucha sal", "no le pongas ajo", "ponle más ajo", "esa carne no es para parrilla" y que se yo cuantas variantes más a las que nos anotamos unos y otros.

Y esto es totalmente sano, necesario, imprescindible siempre que se pueda conversar y respetar la opinión de cada quien. Pero si nuestro punto de vista viene acompañado de resentimiento, xenofobia, complejos, deseos de grandeza, parcelitas de poder y/o intereses económicos en sus diversas presentaciones, trae consecuencias como las que estamos viendo y viviendo.

Estoy convencido de que lo más importante es la educación de hogar. La ética periodística, la ética profesional en general, se enseña y se aprende en la casa. La recibimos de nuestros padres y se las trasmitimos a nuestros hijos con palabras y sobre todo con ejemplos. Si nuestros hijos nos ven fumando ¿Cómo esperamos que ellos no fumen o con qué moral se lo vamos a reclamar?... Si mi padre ha sido un hombre justo, honesto, respetuoso y decente de acción y palabra eso mismo seré yo en el futuro, tenga la profesión o el oficio que tenga.

Dejemos la intelectualización del tema de lado y veamos la causa fundamental... la falta de ética periodística es falta de padres. No es culpa del gremio o la ley que la regula o los empresarios o los políticos o el libro que no leí o el profesor de ética que no era bueno... sencillamente es que no tuvimos un padre que nos reclamara por llevar a casa algo que no era nuestro y nos lo hiciera devolver... por que no tuvimos un padre que nos enseñara a tender la mano a quien la necesitara... un padre que nos hiciera ver que querer beneficiarnos con el perjuicio de otros es herirnos a nosotros mismos... que engañar a otros, por la razón que sea, nos hace cada vez menos hombres.

Carajo!... Es que si mi padre me escucha por TV diciendo la mitad de lo que dice Mario Silva y de la forma en que él lo dice les puedo jurar que se aparece en mi trabajo a regañarme por falta de respeto, sin importarle mis 45 años y mis 26 años de experiencia en medios de comunicación. Y sin pegarme, sin gritarme, sin avergonzarme delante de los demás… tan solo con preguntarme con voz pausada “¿Ese es el ejemplo que yo te di? ¿Es eso lo que te enseñé?” y mirarme fijamente esperando una respuesta haría que me sintiera la peor persona del mundo.

Ah que los otros también ofenden… bueno como otros matan yo también mato y ya!... como otros roban yo también robo… y justamente es ahí donde se tergiversa todo y se pierde la línea, el camino a seguir.

Entonces, es cuestión de cada uno, es cuestión de hogar… dejemos de culpar al “gremio”, al colegio, al medio, a los empresarios, al gobierno, a los políticos, a los educadores, a las universidades… veamos dentro de nosotros mismos y encontraremos las causas de la falta de ética, las causas de la corrupción, de la delincuencia, de la dejadez… comencemos en nuestro hogar, con nosotros, con nuestros hijos y seguro que tendremos un país lleno de hombres y mujeres íntegros y con un alto nivel de ética.

Feliz día del periodista…