El triunfalismo, por lo general, actúa en contra… pero ser fatalista con nuestra posibilidad resulta peor. La objetividad, entonces, debería ser la actitud que caracterice momentos tan decisivos como el que esta protagonizando nuestra sociedad.
Las encuestas, en este momento, favorecen la opción del NO en el referéndum del próximo fin de semana. Pero tratando de ser “objetivos” debemos recordar que esto es solo una tendencia y que el papel aguanta todo, sin contar que dentro de esas estadísticas no se toman en cuenta factores que pueden resultar determinantes. Trampa, abstención o factores de “fuerza mayor” (catástrofes etc.).
El oficialismo, de boca de todos sus partidarios (pa’ fuera), nos hace creer que tienen el triunfo en las manos y que solo están cumpliendo con un trámite, con un mero formalismo para dar legalidad “al sentimiento unánime del pueblo venezolano”. Nada está más alejado de la realidad que ese triunfalismo obseso del Gobierno. Esconden sus miedos detrás de la teoría de Goebells y muestran sus flaquezas en las repetidas e ilegales arremetidas contra la oposición.
Se atisba la derrota en el plan “B” que esbozó el “Caudillo Bufón” a CNN cuando habla de la posibilidad de llamar a referéndum tantas veces él quiera. Las caras que muestra el oficialismo distan mucho de su discurso. Son rostros de miedo que pretenden desilusionarnos y desalentarnos con una sobreactuación triunfal desmedida que acompaña la represión grosera que han desatado contra la oposición.
Al Gobierno le es imposible esconder que el uso y abuso colosal de todos los recursos del estado, a favor de la opción que lleva adelante el Teniente Coronel, no han generado los dividendos que esperaban y, muy por el contrario, ha restado votos en sus propias filas rojas rojitas que ven en esa propuesta una manera de cercenar sus propias aspiraciones políticas.
La oposición sin un liderazgo definido, sin una campaña única, sin los recursos con que cuenta el Gobierno, sin partidos políticos está mostrando una amorfa pero firme e implacable cohesión en torno al NO. Sin fisuras. Todas las tendencias políticas han entendido que la unión en este momento es de vital importancia para el futuro próximo inmediato de nuestro país.
No tenemos que vencer a Hugo Chávez, el ya está derrotado y lo sabe, a quien le debemos ganar esta batalla es a nuestra terrible costumbre de dejar la responsabilidad de decidir el futuro de nuestro país a un pequeño grupo de electores. Debemos derrotar nuestra costumbre a creer que nuestro voto no hace falta por que “ya ganamos”. Debemos derrotar nuestra sempiterna práctica a dejar el ir a votar para última hora. Debemos vencer la flojera que nos da hacer cola. Debemos ganarle a la abstención y al fastidio.
Imaginemos que por no levantarnos TODOS temprano e ir a ejercer nuestro derecho tengamos pasar el resto de la vida subyugados por las atrocidades de un gobierno inútil, ineficaz y autoritario. No dejemos esa responsabilidad tan grande en los mismos de siempre, vamos todos temprano y permanezcamos hasta el final en defensa de nuestro voto… seguramente el orgullo y la satisfacción de que fuimos parte activa en el triunfo compensará todas las horas de esfuerzo y nos dará anécdotas propias que contar a nuestros nietos de un día tan importante para nuestro país.
Ya ganamos... ahora solo nos queda ir a votar!
Las encuestas, en este momento, favorecen la opción del NO en el referéndum del próximo fin de semana. Pero tratando de ser “objetivos” debemos recordar que esto es solo una tendencia y que el papel aguanta todo, sin contar que dentro de esas estadísticas no se toman en cuenta factores que pueden resultar determinantes. Trampa, abstención o factores de “fuerza mayor” (catástrofes etc.).
El oficialismo, de boca de todos sus partidarios (pa’ fuera), nos hace creer que tienen el triunfo en las manos y que solo están cumpliendo con un trámite, con un mero formalismo para dar legalidad “al sentimiento unánime del pueblo venezolano”. Nada está más alejado de la realidad que ese triunfalismo obseso del Gobierno. Esconden sus miedos detrás de la teoría de Goebells y muestran sus flaquezas en las repetidas e ilegales arremetidas contra la oposición.
Se atisba la derrota en el plan “B” que esbozó el “Caudillo Bufón” a CNN cuando habla de la posibilidad de llamar a referéndum tantas veces él quiera. Las caras que muestra el oficialismo distan mucho de su discurso. Son rostros de miedo que pretenden desilusionarnos y desalentarnos con una sobreactuación triunfal desmedida que acompaña la represión grosera que han desatado contra la oposición.
Al Gobierno le es imposible esconder que el uso y abuso colosal de todos los recursos del estado, a favor de la opción que lleva adelante el Teniente Coronel, no han generado los dividendos que esperaban y, muy por el contrario, ha restado votos en sus propias filas rojas rojitas que ven en esa propuesta una manera de cercenar sus propias aspiraciones políticas.
La oposición sin un liderazgo definido, sin una campaña única, sin los recursos con que cuenta el Gobierno, sin partidos políticos está mostrando una amorfa pero firme e implacable cohesión en torno al NO. Sin fisuras. Todas las tendencias políticas han entendido que la unión en este momento es de vital importancia para el futuro próximo inmediato de nuestro país.
No tenemos que vencer a Hugo Chávez, el ya está derrotado y lo sabe, a quien le debemos ganar esta batalla es a nuestra terrible costumbre de dejar la responsabilidad de decidir el futuro de nuestro país a un pequeño grupo de electores. Debemos derrotar nuestra costumbre a creer que nuestro voto no hace falta por que “ya ganamos”. Debemos derrotar nuestra sempiterna práctica a dejar el ir a votar para última hora. Debemos vencer la flojera que nos da hacer cola. Debemos ganarle a la abstención y al fastidio.
Imaginemos que por no levantarnos TODOS temprano e ir a ejercer nuestro derecho tengamos pasar el resto de la vida subyugados por las atrocidades de un gobierno inútil, ineficaz y autoritario. No dejemos esa responsabilidad tan grande en los mismos de siempre, vamos todos temprano y permanezcamos hasta el final en defensa de nuestro voto… seguramente el orgullo y la satisfacción de que fuimos parte activa en el triunfo compensará todas las horas de esfuerzo y nos dará anécdotas propias que contar a nuestros nietos de un día tan importante para nuestro país.
Ya ganamos... ahora solo nos queda ir a votar!
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario... procura tener tu perfil habilitado en Blogger o deja un enlace a tu blog...