Transcribo una comunicación a través de mensajería privada que he tenido con una perfecta y total desconocida que se ha apoderado de mi admiración. Sumarle palabras sería romper la magia.
Li Tai:
Lloramos los que nos quedamos aquí.
Ray Escobar:
Esta bien tu afirmación, pero a que viene eso?... ahhhh... me imagino que por lo del grupo de “Cuantos Venezolanos hay en esta Vaina”... los videos que deje...Te cuento Li, que no se quien pueda llorar más... creo que estamos parejos. Aquí uno se las ve difícil muchas veces y no tienes un pana para irte a tomar un par de birras (cervezas) y contarle como te sientes... o molestarte con tu pareja e irte a dormir a casa de tu mamá... los primeros cumpleaños que pasas fuera son siempre muy solitarios... Puede que en tranquilidad, seguridad, en lo económico y otras cosas ganes, pero al final dejaste a toda tu historia para irte y eso pega mucho...Un abrazo y gracias por el mensaje...
Li Tai:
Ray: No estas solo, hay 60 mil emigrantes venezolanos registrados legalmente en España, imagínate si sumas los que no están registrados más los que se fueron con esperanza de legalizarse. Sola me siento yo, que la mitad de mis amigas y la mitad de mi familia se fue. Estamos en diáspora, de repente todos los viernes hay una fiesta de despedida de alguien que quema las naves como Hernán Cortés. Vende todo y se larga en busca de oportunidades o calidad de vida. Ya los tragos de la fiesta y la torta no me quitan el mal sabor y la punzada en la boca del estómago de otro afecto que se va y no se si podré volver a ver.
Leer más...
Comienzo a ver el globo terráqueo no con nombres de ciudades, sino con nombres de amores. Mi sobrina es Dublín, mi hija es California, mi otra sobrina es Madrid, mi mejor amigo es Florida, mi vecino es Coimbra, mi prima compinche es Italia, mi amiga del alma y su hijito es Tenerife, mi pana (amiga) ese a quien le cuento mis secretos y mis dudas es Cincinnati, el panadero a quien por 20 años le compré el pan es Funchal, la compañerita de trabajo esa que admito por triunfadora es Stanford , Nino la que me daba la cola es Amsterdam y el temor secreto de no poder salir a tiempo del cautiverio inmenso en el que se ha convertido mi país se llama dictadura y estoy aquí luchando para que al volver tengan cachitos y tequeños, cerveza Polar y parrillas en el patio de la casa con música de Billo's , Torontos y Cocosette y una vitrina llena de souvenirs de todos esos sitios donde Uds. han estado; no es que no tengo con quien hablar, es que hay temor de hablar y lo peor el punto de quiebre de toda discusión con el amor de mi vida: Yo- me quiero ir, Él - yo no. y han pasado 10 años...
Escríbeme por favor, mientras me quede Internet tengo una ventanita a ese mundo que Uds. están transculturizando y enriqueciendo para nosotros y Uds. un agujerito para ver a un país por el que estamos luchando para Uds. Me despido de ti como toda madre venezolana: Ray, sigue adelante no te sientas solo estamos contigo. Dios te bendiga y La Virgen te acompañe. Besitos, Li.
Li Tai:
Lloramos los que nos quedamos aquí.
Ray Escobar:
Esta bien tu afirmación, pero a que viene eso?... ahhhh... me imagino que por lo del grupo de “Cuantos Venezolanos hay en esta Vaina”... los videos que deje...Te cuento Li, que no se quien pueda llorar más... creo que estamos parejos. Aquí uno se las ve difícil muchas veces y no tienes un pana para irte a tomar un par de birras (cervezas) y contarle como te sientes... o molestarte con tu pareja e irte a dormir a casa de tu mamá... los primeros cumpleaños que pasas fuera son siempre muy solitarios... Puede que en tranquilidad, seguridad, en lo económico y otras cosas ganes, pero al final dejaste a toda tu historia para irte y eso pega mucho...Un abrazo y gracias por el mensaje...
Li Tai:
Ray: No estas solo, hay 60 mil emigrantes venezolanos registrados legalmente en España, imagínate si sumas los que no están registrados más los que se fueron con esperanza de legalizarse. Sola me siento yo, que la mitad de mis amigas y la mitad de mi familia se fue. Estamos en diáspora, de repente todos los viernes hay una fiesta de despedida de alguien que quema las naves como Hernán Cortés. Vende todo y se larga en busca de oportunidades o calidad de vida. Ya los tragos de la fiesta y la torta no me quitan el mal sabor y la punzada en la boca del estómago de otro afecto que se va y no se si podré volver a ver.
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Comienzo a ver el globo terráqueo no con nombres de ciudades, sino con nombres de amores. Mi sobrina es Dublín, mi hija es California, mi otra sobrina es Madrid, mi mejor amigo es Florida, mi vecino es Coimbra, mi prima compinche es Italia, mi amiga del alma y su hijito es Tenerife, mi pana (amiga) ese a quien le cuento mis secretos y mis dudas es Cincinnati, el panadero a quien por 20 años le compré el pan es Funchal, la compañerita de trabajo esa que admito por triunfadora es Stanford , Nino la que me daba la cola es Amsterdam y el temor secreto de no poder salir a tiempo del cautiverio inmenso en el que se ha convertido mi país se llama dictadura y estoy aquí luchando para que al volver tengan cachitos y tequeños, cerveza Polar y parrillas en el patio de la casa con música de Billo's , Torontos y Cocosette y una vitrina llena de souvenirs de todos esos sitios donde Uds. han estado; no es que no tengo con quien hablar, es que hay temor de hablar y lo peor el punto de quiebre de toda discusión con el amor de mi vida: Yo- me quiero ir, Él - yo no. y han pasado 10 años...
Escríbeme por favor, mientras me quede Internet tengo una ventanita a ese mundo que Uds. están transculturizando y enriqueciendo para nosotros y Uds. un agujerito para ver a un país por el que estamos luchando para Uds. Me despido de ti como toda madre venezolana: Ray, sigue adelante no te sientas solo estamos contigo. Dios te bendiga y La Virgen te acompañe. Besitos, Li.
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