El cierre de cualquier empresa es un duro golpe para la comunidad. Son familias que se quedan sin empleo. Niños, madres y padres que tendrán que afrontar un difícil periodo económico. Crea un malestar generalizado en el círculo que se ve afectado por una situación como ésta.
Ahora cuando la empresa en cuestión es un medio de comunicación masivo (léase TV) líder en el país el problema se agrava. Más cuando es la única televisora de señal abierta que queda fuera del control del gobierno en Venezuela. Hoy RCTV (Radio Caracas Televisión) cumple un año de haberse visto obligada a dejar de transmitir en señal abierta y recurrir al sistema por cable, que en nuestro país no es asequible para la mayoría de los venezolanos.
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La dura oposición que dio ésta televisora, sus informativos, sus programas de opinión, los directivos y los dueños creó un clima tenso con el Gobierno (Chávez). La posición editorial que mantenían (y mantienen) le era muy incomoda al Presidente debido a que la señal del canal era la de mayor sintonía y de mayor cobertura, logrando llegar, con programación de alta factura, más allá de nuestras fronteras.
El Gobierno a través de los diferentes órganos de control comenzó una persecución con la idea de encontrar una excusa para cerrarlo. Las amenazas, de parte de Hugo Chávez, se hicieron cada vez más constantes. Hasta que encontró, sostuvo, mantuvo y logró su objetivo mediante argucias legales, argumentando que la “concesión de transmisión” se había vencido y que no le sería renovada luego de más de 50 años de transmisión ininterrumpida.
La programación de RCTV, en su mayoría de producción nacional, fue sustituida tan solo cinco minutos después que dejara de transmitir por la de TVES. Una televisora improvisada, de papel, creada por el Gobierno en tan solo dos meses con una inversión gigantesca, pero pobre en contenido, calidad y con mucho enlatado importado. De lo anunciado por el Presidente solo se han visto las promesas.
Los más de 3.000 trabajadores Radio Caracas (directos e indirectos) quedaron atrapados en un fuego cruzado sin tener nada que ver. Quedaron sin empleo, los proyectos debieron ser reformulados o abandonados y por consiguiente debió ser despedida mucha gente.
Una medida que a todas luces deja ver el ensañamiento y el resquemor de Chávez contra este medio y sus dueños. Una decisión tomada para complacer su deseo de venganza y para vanagloriarse de su poder ante sus partidarios que le aplaudieron eufóricos sin pararse a mirar las consecuencias que traería a otros venezolanos. Una disposición que dista de beneficiar a éstos adeptos. Ahora no tienen donde ir cuando les son atropellados sus derechos.
Los otros perjudicados se pueden contar por millones. Los venezolanos de a pié, los que tenían una opinión diferente a la del régimen. Hasta hace un año se contaba con una alternativa, un medio donde se podía ver expresada la realidad según tu mismo punto de vista. Ahora solo queda la opción de apagarla o sucumbir y dejarse “informar” por una sola versión de los hechos.
Chávez tiene sus intereses y los dueños de los medios los suyos, pero lo terrible de esta realidad es que quedamos a oscuras por esa pugna. Se quedaron en la calle miles de trabajadores por razones políticas. Nos dejaron solo la versión del aparato comunicacional del Gobierno con la idea de manejarnos más fácilmente. Con lo que no contaban es con que no lograría tapar nuestra conciencian con un dedo.
Vendrán tiempos mejores donde podamos elegir lo que queremos ver, oír, leer.
Ahora cuando la empresa en cuestión es un medio de comunicación masivo (léase TV) líder en el país el problema se agrava. Más cuando es la única televisora de señal abierta que queda fuera del control del gobierno en Venezuela. Hoy RCTV (Radio Caracas Televisión) cumple un año de haberse visto obligada a dejar de transmitir en señal abierta y recurrir al sistema por cable, que en nuestro país no es asequible para la mayoría de los venezolanos.
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La dura oposición que dio ésta televisora, sus informativos, sus programas de opinión, los directivos y los dueños creó un clima tenso con el Gobierno (Chávez). La posición editorial que mantenían (y mantienen) le era muy incomoda al Presidente debido a que la señal del canal era la de mayor sintonía y de mayor cobertura, logrando llegar, con programación de alta factura, más allá de nuestras fronteras.
El Gobierno a través de los diferentes órganos de control comenzó una persecución con la idea de encontrar una excusa para cerrarlo. Las amenazas, de parte de Hugo Chávez, se hicieron cada vez más constantes. Hasta que encontró, sostuvo, mantuvo y logró su objetivo mediante argucias legales, argumentando que la “concesión de transmisión” se había vencido y que no le sería renovada luego de más de 50 años de transmisión ininterrumpida.
La programación de RCTV, en su mayoría de producción nacional, fue sustituida tan solo cinco minutos después que dejara de transmitir por la de TVES. Una televisora improvisada, de papel, creada por el Gobierno en tan solo dos meses con una inversión gigantesca, pero pobre en contenido, calidad y con mucho enlatado importado. De lo anunciado por el Presidente solo se han visto las promesas.
Los más de 3.000 trabajadores Radio Caracas (directos e indirectos) quedaron atrapados en un fuego cruzado sin tener nada que ver. Quedaron sin empleo, los proyectos debieron ser reformulados o abandonados y por consiguiente debió ser despedida mucha gente.
Una medida que a todas luces deja ver el ensañamiento y el resquemor de Chávez contra este medio y sus dueños. Una decisión tomada para complacer su deseo de venganza y para vanagloriarse de su poder ante sus partidarios que le aplaudieron eufóricos sin pararse a mirar las consecuencias que traería a otros venezolanos. Una disposición que dista de beneficiar a éstos adeptos. Ahora no tienen donde ir cuando les son atropellados sus derechos.
Los otros perjudicados se pueden contar por millones. Los venezolanos de a pié, los que tenían una opinión diferente a la del régimen. Hasta hace un año se contaba con una alternativa, un medio donde se podía ver expresada la realidad según tu mismo punto de vista. Ahora solo queda la opción de apagarla o sucumbir y dejarse “informar” por una sola versión de los hechos.
Chávez tiene sus intereses y los dueños de los medios los suyos, pero lo terrible de esta realidad es que quedamos a oscuras por esa pugna. Se quedaron en la calle miles de trabajadores por razones políticas. Nos dejaron solo la versión del aparato comunicacional del Gobierno con la idea de manejarnos más fácilmente. Con lo que no contaban es con que no lograría tapar nuestra conciencian con un dedo.
Vendrán tiempos mejores donde podamos elegir lo que queremos ver, oír, leer.
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